miércoles, 21 de noviembre de 2007

Catedral cerrada hasta nuevo aviso!


Penosos fueron los sucesos ocurridos el pasado domingo 18 cuando simpatizantes del partido de la revolución democrática irrumpieron en la catedral metropolitana alrededor del medio día.


La noticia ha dado la vuelta por todos los medios de comunicación y ha despertado la opinión pública internacional, llegando (por obvias razones) al Vaticano, hasta a los altos comicionados de derechos humanos de la ONU.


Mucha gente se destapa con críticas y descalificaciones sin saber realmente qué fue lo que sucedió.

Yo no soy un conservador autoritario y mucho menos facista; por lo tanto creo que cada ser humano tiene el libre derecho de expresarse y de reunirse. Que si es por una causa tan patética como la del pasado domingo, eso es otro rollo.


Pero lo que si es una auténtica guarrada es la invasión a un recinto sagrado. Pareciera que los integrantes de la autodenominada "Convención Democrática" no supieran que existen límites. No saben que una Catedral no es lo mismo que Paseo de la Reforma, y está claro que no compraten el mismo concepto que yo tengo de lo que es la prudencia.


No estamos en la época de la guerra cristera para que se forme un nuevo conflicto en donde los asuntos clericales y intereses políticos se mezclen. Y este hecho sólo nos viene a demostrar lo arcaico que es el lado izquirdista de la política en México. No se necesita ser un experto en asuntos políticos para poder hacer este tipo de comentarios. Los hechos ocurridos desde que le "arrebataron su gobierno legítimo" a AMLO avalan cada palabra.


Ahora, la otra versión sostiene que la Catedral Metropolitana hizo sonar sus campanas (a propósito) por más tiempo que lo habitual, con el fin de callar a los simpatizantes de AMLO en su mentado mitin. Lo cual en mi opinión fue un error, ya que no respetaron el derecho a la libre expresión y en parte fue un hecho que se interpretó como una provocación; aunque aparentemente fue sólo una llamada a misa. Como bien nos han eseñado nuestros profesores: No hay que hacer cosas buenas que parezcan malas.


Independientemente de que si es cierto o no, irrumpir a un Iglesia gritando burradas y volteando bancos, no es la manera de solucionar el problema.


Cada quién podrá sacar sus propias conclusiones de lo ocurrido y esperemos que las autoriadades decidan la mejor manera de tratar este complicado asunto.