– ¡Nos vemos mañana Profesor Leinz!
– Hasta luego, nos vemos. – Me despido de varios alumnos al salir de la Universidad. Mi coche se descompuso así que debo tomar el camión. La calle está vacía. No se ve ni un alma sobre la banqueta y el silencio me dice que ningún coche se aproxima. Todo es de una calma grosera. Pasan los minutos y no llega mi camión. Al sentarme en la banquita de la parada, veo un pájaro revolotear en un charco a mi derecha. Se zambulle en la poca agua que queda, de pronto se paraliza y voltea hacia el otro lado de la calle. Yo no veo nada. El pájaro sigue bañándose cuando la puerta de un edificio se abre bruscamente. Volteo y el pájaro se fue, huyó. Cómo se tarda este camión. De la puerta comienza a salir gente. Volteo a mi izquierda y hay un señor sentado a lado de mí. Sale más y más gente de la puerta. A unos pasos de la puerta hay una cortina de hierro. La gente es tanta que ya no cabe en la banqueta. Se oye un gran golpe, pareciera que alguien golpea la cortina desde adentro. ¡Dios cuánta gente sale de ese edificio! Comienzan a llenar la calle. Debe haber miles de personas. Me duele el estómago. Se escucha otro golpe a la cortina de hierro. Veo un taxi a lo lejos. Al hacerle la señal para que se detuviera, me di cuenta de que mi mano estaba temblando. El taxi se detiene a unos pasos de mí. Sale gente del taxi. La cortina de hierro se vence y comienzan a salir grandes cantidades de gente, mucho más que las del edificio. El taxi se va. Me doy cuenta que estoy empapado en sudor. La multitud invade la calle. No puedo respirar. La multitud avanza y viene hacía mí. Grito pero nadie me escucha. Se eriza mi piel. Siento la embestida de la gente como una ola de mar que rompe en el acantilado. Estoy rodeado de gente. Siento cómo me empujan. Vomito sobre alguien pero al parecer no le importa. Mis pulmones ya no reciben aire. Vomito de nuevo y esta vez caigo al suelo estremeciéndome. Volteo hacía arriba y veo un millar de ojos rodeándome. Mi corazón es devorado por taquicardias. Cierro los ojos. ¿Estoy muerto?...
